Hay mucho más en la resurrección de Jesús #HeraldoDigital #Ameccda

El año 1992 se vistió de gala con la llegada de un libro publicado por el Dr. Elmer Towns; “Foundational Doctrines of the Faith” (Elkton, Maryland: Ephesians Four Ministries, 1992). Sin duda alguna, este libro de ensayos se ha convertido en uno de los mejores generadores de bosquejos de teología sistemática que ha conocido la Iglesia de la posmodernidad. Son magistrales las formas y maneras con las que el Dr. Towns se acerca a analizar y presentar cada uno de los postulados centrales de nuestra fe.

Sin embargo, es el tema de la resurrección de Jesús uno de mis favoritos. Tengo que confesar que mi opinión puede estar afectada por varias cosas. En primer lugar, por el respeto que le tengo a este extraordinario teólogo. En segundo lugar, por el estilo de su presentación, que muy bien está matizado por estructuras que parecen haber sido extraídas del campo de las ciencias puras.

Para Towns es obvio que el milagro de la resurrección de Jesús ocupe el mismo centro del corazón del Evangelio. Las aseveraciones acerca de Aquél que fue crucificado y que resucitó al tercer día, están validadas por la pluralidad de apariciones masivas y testimonios de aquellos que compartieron tareas y experiencias diarias con él durante 40 días después de su resurrección.

Pero el Dr. Towns hace algo magistral cuando decide discutir el milagro de la resurrección de Jesús destacando aspectos que van mucho más allá de la resucitación de un cuerpo. He aquí un resumen del trabajo que presenta Towns, acompañado de algunas notas editoriales.

  1. La resurrección de Jesucristo involucra y conecta la vida de Cristo con la renovación de la vida que no tiene final, porque la muerte no podía retenerlo ni dominarlo.

Leemos lo siguiente en Hch 2: 23-24,

RV (1960)

23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

23 Él les fue entregado, conforme al plan de Dios, quien ya sabía lo que iba a pasar. Ustedes lo mataron por medio de hombres perversos, clavándolo en la cruz. 24 Jesús sufrió el dolor de la muerte, pero Dios lo liberó: lo resucitó porque la muerte no podía retenerlo.

Dios Habla Hoy (DHH)

23 Y a ese hombre, que conforme a los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. 24 Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado.

  1. La resurrección de Jesucristo facilita la conexión, la reunión del cuerpo con el espíritu. Dios había prometido que no permitiría que el cuerpo de Su Santo se descompusiera en la tumba.

Leemos lo siguiente en Hch 2:25-27:

RV

27 Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

PDT

25 David dice esto sobre Jesús: “Yo vi al Señor siempre delante de mí, y él está a mi derecha para protegerme. 26 Estoy feliz y hablo lleno de alegría. Todavía tengo esperanzas, 27 porque no me dejarás en el lugar de los muertos [c] ni permitirás que el cuerpo de tu Santo se pudra en el sepulcro.

DHH

25 El rey David, refiriéndose a Jesús, dijo: “Yo veía siempre al Señor delante de mí; con él a mi derecha, nada me hará caer. 26 Por eso se alegra mi corazón, y mi lengua canta llena de gozo. Todo mi ser vivirá confiadamente, porque no me dejarás en el sepulcro  ni permitirás que se descomponga el cuerpo de tu santo siervo.

  1. La resurrección de Jesucristo sometió a la muerte bajo la autoridad del Hijo de Dios.

Leemos lo siguiente en 1 Cor 15:54-58:

RV

54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.55 Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?  56 Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 

PDT

54 Cuando lo que se pudre se vista con lo que nunca se pudre, y cuando lo que muere se vista con lo que nunca muere, entonces lo que dice la Escritura se hará realidad: «La muerte ha sido devorada por la victoria. [f] 55 Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?» [g] 56 El aguijón de la muerte es el pecado. El poder del pecado es la ley. 57 Pero demos gracias a Dios que nos ha dado la victoria a través de nuestro Señor Jesucristo. 58 Por lo tanto, hermanos, permanezcan firmes y no dejen que nada los haga cambiar. Dedíquense totalmente a trabajar para el Señor, bien saben que su trabajo no es en vano.

  1. La resurrección de nuestro Salvador regresó a Jesús al lugar de gloria que era suyo y a la función de eterno Sumo Sacerdote. Esto es, Jesucristo puede ser sacerdote eternamente porque la muerte no lo puede separar de su gloria ni de sus funciones.

Leemos lo siguiente en Heb 7:23-24:

Traducción en lenguaje actual (TLA)

23 Antes tuvimos muchos sacerdotes, porque ninguno de ellos podía vivir para siempre. 24 Pero como Jesús no morirá jamás, no necesita pasarle a ningún otro su oficio de sacerdote. 25 Jesús puede salvar para siempre a los que, por medio de él, quieren ser amigos de Dios. Pues vive eternamente, y siempre está pidiendo a Dios por ellos.

PDT

23 Igualmente, había muchos sacerdotes porque cuando uno de ellos moría, no podía seguir en su cargo. 24 Pero Jesús vive para siempre, nunca dejará de ser sacerdote. 25 Entonces puede salvar para siempre a los que vienen a Dios por medio de él, pues vive para siempre y está listo para ayudarlos cuando se presenten ante Dios.

DHH

23 Los otros sacerdotes fueron muchos porque la muerte les impedía seguir viviendo; 24 pero como Jesús no muere, su oficio sacerdotal no pasa a ningún otro. 25 Por eso puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive para siempre, para rogar a Dios por ellos.

La resurrección de Jesús es lo que valida la canción que se canta en Apocalípsis 5:7-18.

  1. La resurrección de Cristo es el fundamento por el que Él otorga vida espiritual a los creyentes.  Su resurrección garantiza nuestra resurrección y que podemos vivir una nueva vida.

Leemos lo siguiente en Rom 6:4            

RV

3 O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?  4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;

TLA

Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder.Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida.

PDT

No olviden que todos los que fuimos bautizados en Jesucristo nos unimos a él en su muerte. Cuando fuimos bautizados, también fuimos enterrados con Cristo y así compartimos su muerte para que así como Cristo resucitó por el gran poder del Padre, nosotros también andemos de acuerdo a la nueva vida. Así que si fuimos unidos a Cristo en una muerte como la de él, también nos uniremos con él en su resurrección.

  1. Jesucristo resucitó con un cuerpo glorificado

Leemos lo siguiente en  1 Cor. 15:42-44:

RV

42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.  43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

DHH

42 Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible. 43 Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte. 44 Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo espiritual.

TLA

42 Así pasará cuando los muertos vuelvan a la vida. 43 Cuando alguien muere, se entierra su cuerpo, y ese cuerpo se vuelve feo y débil. Pero cuando esa persona vuelva a la vida, su cuerpo será hermoso y fuerte, y no volverá a morir. 44 Se entierra el cuerpo físico, pero resucita un cuerpo espiritual. Así como hay cuerpos físicos, hay también cuerpos espirituales.

Towns concluye esta exposición enumerando los beneficios que obtenemos a través de la resurrección de Jesucristo.

  1. Vida Eterna (Rom. 6:23)

22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

  1. Poder espiritual (Eph. 1:19–20)

18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,

20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,

  1. Justificación (Rom. 4:25)

23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, 24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, 25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

  1. Resurrección futura (1 Cor. 15:12-20)

DHH

12 Pero si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? 13 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 14 y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. 15 Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. 18 En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. 19 Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos. 20 Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar. 21 Así como por causa de un hombre vino la muerte, también por causa de un hombre viene la resurrección de los muertos.

  1. Una nueva identidad para el creyente porque somos unidos a Cristo para vivir una vida victoriosa

Leemos lo siguiente en Gal. 2:19-20:

PDT

19 Ya no vivo para la ley, pues he muerto para ella. La ley misma me mató, pero al morir para la ley, puedo ahora vivir para Dios. Es como si yo mismo hubiera sido clavado en la cruz con Cristo. 20 Ahora ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y mientras vivo en este cuerpo, vivo por fe en el Hijo de Dios, [c] quien me amó y entregó su vida para salvarme.

DHH

19 Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, 20 y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.

Hoy celebramos que Jesucristo nuestro Señor y Salvador es el vencedor de la muerte. Celebramos que su resurrección ha sido demostrada en la Biblia con pruebas indubitables (Hchs 1:3, que no admiten duda alguna). Celebramos que Su victoria es nuestra victoria. Además, celebramos que podemos disfrutar de todos estos beneficios aleatorios a su resurrección de entre los muertos. Celebramos que hay mucho más en la resurrección de Jesús.

            ¡Hoy celebramos que Cristo nuestro Señor y Salvador está vivo!

 

Pastor Rector Mizraim Esquilín

 

 

Etiquetado:, ,

Deja un comentario