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Una madre singular… Un propósito divino #Ameccda

Una madre singular… un propósito divino

A finales del mes de abril tuve la bendición de acompañar a mi madre en un viaje impromptu al norte de los Estados Unidos. A nuestro regreso, daba gracias al Señor por la oportunidad tan hermosa que me regaló esos cinco días.

Shirley Esquilín Fonseca

A menudo como hijos escuchamos de los sacrificios que nuestros padres han hecho por nosotros. Mas creo que en realidad no tenemos la más remota idea de la travesía que han recorrido.

Mi madre es un ser especial… Una flor que Dios, desde los cielos, vio germinar “en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver Su Poder y Su Gloria”. (Salmo 63:1b-2a)

Producto de padres de la clase trabajadora que formó parte de la primera diáspora de puertorriqueños que emigraron a tierra norteamericana – quienes con mucho sacrificio lo dejaron todo en búsqueda de oportunidades.

Producto de vivencias enmarcadas en carencias y necesidad; en pérdidas, lágrimas y dolor; en marcas profundas… duras…, difíciles e imposibles de arrancar, especialmente a tan corta edad.

¿Más qué vio Dios?

Un corazón que decidió entregarse a Él… desde muy joven, mi madre le dio su corazón a Jesús, y desde entonces ha dedicado su vida a servirle y honrarle en cada paso que da.

Un sueño que insistió formarse en Él… cambiando el destino de una vida ordinaria y poco prometedora, en una encomienda divina – dar vida a cuatro seres en quienes sembró sueños y obediencia, aspiraciones y disciplina, a amar al Señor y a seguir sus estatutos.

Es imposible vivir el cumplimiento de Su promesa sin reflexionar en cómo Dios nos ha bendecido a mis hermanos y a mí a través de la vida de ella.

Shirley Fotos

 

Ma,

… por todo lo que caminaste, bajo un sol inmisericorde para no perderte un solo instante de nuestro crecer.
… por alcanzar tus metas académicas de forma incansable y sin pretextos, guiándonos con tu ejemplo, siendo nuestro modelo a seguir.
… por hacer de nuestros sueños los tuyos, sufriendo tapones, venciendo el cansancio e impulsándonos a continuar.
… por el alimento físico en las noches de escasez; el emocional, cimentando nuestra identidad; y el espiritual, cultivando la pasión por Su llamado.
… por todas las noches de desvelo, cuidándonos, escuchándonos y orando por los planes de Dios para nuestro futuro y el de nuestras familias.

Una vida entera no daría para agradecerte…

Me conformaría con llegar a ser al menos la mitad de lo que eres…
¡Te Amo!… ¡Feliz Día de las Madres!

Shirley

Dios tiene la mejor parte separada para ti #MujeresdeFE #VidaAMEC

Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.  Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

(Lucas 10: 40-42)

Iglesia AMEC Casa de Alabanza

Iglesia AMEC Casa de Alabanza

 

La voz apacible de Jesús, enmarcada en palabras de amor, nos confronta con la experiencia de vida de la mujer de hoy – afanada y turbada por la realidad de su circunstancia actual, a tal punto que Dios mismo ha venido a verle y aún se siente sola; Dios mismo quiere estar con ella, compartir Su Palabra, más la condición de derrota provocada por la temporalidad de las ‘muchas cosas’ se interpone ante la oportunidad de escoger la perennidad de “la mejor parte”.

Esa parte la dio a Sara, mujer de Abram – toda una vida transcurrida, con la vejez encima, sin esperanza, aguardando la promesa del fruto de su vientre para verla cumplida en una generación de pacto, una ‘descendencia que heredará la tierra’. (Génesis 15)

Esa parte la dio a Fúa y a Sifra, parteras durante los años de esclavitud del pueblo de Israel en Egipto – viviendo bajo presión, en un ambiente de muerte, con una encomienda a actuar en contra de su voluntad, en contra de su naturaleza; mas las sobrecogió el temor a Jehová y recibieron Gracia, ‘Dios les hizo bien’ y ‘prosperó sus familias’. (Éxodo 1)

Esa parte la dio a Jocabed, madre de Moisés – viviendo en sumisión, con escasos recursos, criando un hijo sin garantía del futuro, del mañana; mas recibió visión e ingenio, viendo premiada su obediencia y perseverancia en un hijo escogido, con oportunidades, con destino, con un llamado y una misión divina. (Éxodo 2)

Esa parte la dio a Débora, jueza y profetiza de Israel – viviendo bajo opresión, en un ambiente de guerra, con la responsabilidad de muchos sobre sus hombros; responsabilidad que vio transformada en voz profética, en autoridad para hacer justicia, para ordenar, para dirigir, para decir la palabra y ser testigo de la victoria sobre el enemigo. (Jueces 4)

Esa parte la dio a Rut, la moabita – viviendo en desolación, habiéndolo perdido todo (su marido, su tierra, hasta su propia identidad), para luego ser restituida por su entrega y fidelidad, reafirmada en virtud:

para hallar gracia… (ante su Señor),

traducida en amor… (fue tomada por mujer),

convertida en herencia… (dio a luz un hijo),

marcada para redención… (linaje de David).

(Libro de Rut)

Esa parte la dio a Ana, madre del profeta Samuel – viviendo entristecida, afligida, atribulada, con amargura de alma, añorando el día en que Jehová escuchara su oración, la cual vio contestada cuando ‘NO ESTUVO MAS TRISTE’ (v. 18); cuando transformó su congoja y aflicción en adoración. ‘…y Jehová se acordó de ella’ (v. 19) y contestó su petición. (1 Samuel 1)

Esa parte la dio a Abigail, mujer de Nabal – viviendo bajo el maltrato de un hombre duro, perverso e insensato; mas recibió inteligencia, sensibilidad para escuchar la voz de Dios, para decir la palabra, y declarar libertad sobre su vida y la vida de los suyos. (1 Samuel 25)

Esa parte la dio a la Viuda de Sarepta – viviendo años de hambre y escasez, criando sola, a punto de desfallecer; mas ella fue, obedeció, obró en fe, y Jehová multiplicó lo poco que tenía, y ‘no escaseó’ y ‘no menguó’. (1 Reyes 17:8-24)

Esa parte la dio a Hulda, profetiza durante el reinado de Josías – viviendo en un tiempo enmarcado por las consecuencias de las acciones de sus antecesores (v. 16); mas fue coronada con autoridad, con voz profética, para llegar aun hasta lo más alto y revertir un final de juicio en un nuevo comienzo sellado en pacto. (2 Reyes 22:13-20; 23:1-3)

Esa parte la dio a Ester, Reina de Persia – huérfana, apresada, viviendo en espera de una oportunidad; más en un ambiente de gran luto, ayuno, lloro y lamentación (4.3), tras una sentencia de destrucción (3:9), fue escogida – en gracia y favor – para obrar sin temor, actuar con autoridad, enfrentar la maldad y alegrarse en el testimonio de la salvación. (Libro de Ester)

Esa parte la dio a la Mujer Samaritana – despreciada, excluida, condenada por su propia gente – viviendo ilegítimamente una relación inconsecuente; más la sorprendió Su Amor – amor que la encontró, la confrontó, que sació su sed, le devolvió su honra y una nueva esperanza que compartió con otros. (Juan 4:3-30)

Esa parte la dio a Loida y a Eunice, abuela y madre de Timoteo – mujeres llenas de fe, que vieron el fruto de su legado en una descendencia a la que instruyeron a escudriñar las escrituras, a amar al Señor, a proclamar las buenas nuevas y a servirle. (2 Timoteo 1:5; 3:14-15; 4:1-2)

Mujer:

… si estás en espera

… si estás viviendo bajo opresión

… si tienes escasos recursos

… si llevas la responsabilidad de muchos sobre tus hombros

… si lo has perdido todo

… si llevas años con oraciones sin contestar

… si estás experimentando maltrato

… si estás pasando hambre, escasez

… si estás pagando las consecuencias de las acciones de otro

… si estás viviendo bajo amenaza

… si te sientes despreciada, excluida

… si lo único que tienes es fe…

Dios quiere regalarte la mejor parte – porque lo que Él tiene para ti es lo mejor y es eterno.

Shirley M. Esquilin

#VidaAMEC #TiempodeConsagracion #MujeresDeFe

Florecer en medio de la sequía #HeraldoDigital #Ameccda

Shirley

Shirley Esquilín – Fonseca

En estas últimas semanas, nuestra isla ha estado experimentando una sequía irregular. La ausencia de lluvia, la escasez de agua y las altas temperaturas han resultado en terrenos secos y un embate fuerte a gran parte de la flora.

Sin embargo, es curioso notar que de camino hacia la casa o el trabajo, por cada cúmulo de árboles secos, hay un árbol florecido en todo su esplendor.

 “¿Por qué sucede esto?”, le preguntaba yo hace unos días a Wilson Rivera, Agrónomo Graduado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Su respuesta fue la siguiente: “El estrés por falta de agua promueve la florecida. La progenie de los árboles y las plantas está en su semilla y la misma sale de sus frutos, que a la vez salen de sus flores. El árbol produce sus semillas para que caigan y, cuando vengan las lluvias, germinen. Así su semilla brotará en caso de que el árbol como tal muera  en la sequía.”

Buscando información acerca de las sequías irregulares, me topé con un artículo académico del American Journal of Botany sobre la activación del florecimiento en masa en los bosques tropicales de Asia a causa de las sequías irregulares.

A continuación incluyo la traducción de varias citas que llamaron mi atención, y cómo, inevitablemente, el paralelo con nuestras experiencias fue despertado en aquel momento, escuchando la voz de Dios hablar a mi corazón: 

Las sequías irregulares activan el florecimiento en masa en los bosques tropicales…

Ciertamente estamos viviendo un periodo de sequía en todos los niveles. Miramos hacia todos lados y nuestras familias, nuestros compañeros de trabajo, nuestros compatriotas están secos, sin esperanza, viviendo con lo último que les queda, sin fuerzas para seguir. Más Dios permite que experimentemos ‘tiempos de sequía’ para provocar en su pueblo un florecimiento en masa. En ocasiones resulta más fácil hacer eco de las voces que gritan desesperanza en vez de inspirar a otros a confiar en el Señor y gozarnos en lo que Él va a hacer. En el desierto y en la soledad, Dios nos invita a florecer.

 “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.” (Isa. 35:1-2, RV 1960)

 En estos bosques, las sequias tienden a ocurrir durante periodos de transición…

Indudablemente estamos atravesando un periodo de transición. Un periodo en el que estamos ‘perdiendo las hojas’, ‘escasea el agua’ y ‘el calor del sol pega fuerte y constante’. En el proceso hemos perdido sueños, anhelos, esperanzas; escasean las fuerzas y las ganas de seguir, y; al parecer la vida trae consigo fuertes luchas y retos constantes.

Según un estudio de trigo regado realizado por los especialistas de cultivos, Howard M. Rawson y Helena Gómez Macpherson, para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como parte de la ilustración sobre el desarrollo de la planta del trigo, este explica que, “La temperatura es el factor más importante que induce el desarrollo de la planta de trigo a través de sus fases…, desde la emergencia (1ra etapa) pasando por la doble arruga (2da etapa), hasta la floración (3ra etapa) y la madurez (4ta etapa). El desarrollo puede ocurrir dentro de un cierto rango de temperaturas; por debajo de 0°C hace demasiado frío para el desarrollo de la mayor parte de las variedades y por encima de 30°C hace demasiado calor. A medida que la temperatura media aumenta dentro de estos puntos (conocidos como la temperatura base y la temperatura óptima, respectivamente) el desarrollo se acelera.”

Dios ha permitido que el proceso de transición por el que estamos atravesando como individuos y como pueblo se dé dentro de “la temperatura” adecuada para que nosotros, “su trigo”, continuemos desarrollándonos hasta que lleguemos a la etapa cuarta etapa: la madurez. Como dice su palabra, Él “nos conoce en el desierto, en la tierra terrible de aridez” (Oseas 13:5, RV 1960) y nos promete lo siguiente:

“Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.” (Zacarías 13:9, RV 1960)

“El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele.” (1 Pedro 1:7, NVI)

La sección más impactante del artículo del American Journal of Botany dice que, “En los climas estacionales, la mayor parte de los procesos de activación de florecimiento de las plantas (anuales) no solamente provocan sincronización entre los individuos, sino que también son SEÑALES DE UNA NUEVA CONDICION O TEMPORADA CLIMATOLÓGICA. Por ejemplo, fuertes lluvias luego de un largo periodo seco inducen el florecimiento de arbustos tropicales, y la lluvia también es indicador de condiciones húmedas que duran varios meses (Augspurger, 1981)”

Al leer esta cita, vino a mi mente la promesa de que, “…esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;  no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2da Corintios 4:17-18, RV 1960)

Las tribulaciones por las que estas atravesando hoy, los eventos que han “deshojado” tu corazón, pronto te harán florecer, como señal del cumplimiento de la promesa de Dios y como antesala a la nueva temporada que Él tiene preparada para tu vida.

Pero todos estos acontecimientos son la antesala a la lluvia que viene de camino.

(1 Reyes 18: 41-45, RV)

….la mayor parte de las especies de plantas solo se pueden reproducir exitosamente durante eventos de gran florecimiento

Quiero ser testigo de lo que Dios va a hacer en tu vida.

¡Florezcamos juntos!

22 » ”Así dice el Señor omnipotente:

»”De la copa de un cedro tomaré un retoño,
de las ramas más altas arrancaré un brote,
y lo plantaré sobre un cerro muy elevado.
23 Lo plantaré sobre el cerro
más alto de Israel,
para que eche ramas y produzca fruto
y se convierta en un magnífico cedro.
Toda clase de aves anidará en él,
y vivirá a la sombra de sus ramas.
24 Y todos los árboles del campo
sabrán que yo soy el Señor.
Al árbol grande lo corto,
y al pequeño lo hago crecer.
Al árbol verde lo seco,
y al seco, lo hago florecer.
Yo, el Señor, lo he dicho,
y lo cumpliré.” »

Ezequiel 17:22-24 (NVI)

Shirley M. Esquilín-Fonseca

Citas:
Irregular droughts trigger mass flowering in a seasonal tropical forests in Asia
1 Shoko Sakai10Rhett D. HarrisonKuniyasu MomoseKoichiro Kuraji, Hidetoshi NagamasuTetsuzo YasunariLucy Chong and Tohru Nakashizuka http://www.amjbot.org/content/93/8/1134.full

 

Trigo Regado – Sección 6. Explicaciones sobre el desarrollo de la planta

Por
Howard M. Rawson
Fisiólogo de Cultivos
Canberra, Australia
y
Helena Gómez Macpherson
Especialista en Cereales
Servicio de Cultivos y Pastos
Dirección de Producción y Protección Vegetal
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

FAO