Dios tiene la mejor parte separada para ti #MujeresdeFE #VidaAMEC

Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.  Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

(Lucas 10: 40-42)

Iglesia AMEC Casa de Alabanza

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La voz apacible de Jesús, enmarcada en palabras de amor, nos confronta con la experiencia de vida de la mujer de hoy – afanada y turbada por la realidad de su circunstancia actual, a tal punto que Dios mismo ha venido a verle y aún se siente sola; Dios mismo quiere estar con ella, compartir Su Palabra, más la condición de derrota provocada por la temporalidad de las ‘muchas cosas’ se interpone ante la oportunidad de escoger la perennidad de “la mejor parte”.

Esa parte la dio a Sara, mujer de Abram – toda una vida transcurrida, con la vejez encima, sin esperanza, aguardando la promesa del fruto de su vientre para verla cumplida en una generación de pacto, una ‘descendencia que heredará la tierra’. (Génesis 15)

Esa parte la dio a Fúa y a Sifra, parteras durante los años de esclavitud del pueblo de Israel en Egipto – viviendo bajo presión, en un ambiente de muerte, con una encomienda a actuar en contra de su voluntad, en contra de su naturaleza; mas las sobrecogió el temor a Jehová y recibieron Gracia, ‘Dios les hizo bien’ y ‘prosperó sus familias’. (Éxodo 1)

Esa parte la dio a Jocabed, madre de Moisés – viviendo en sumisión, con escasos recursos, criando un hijo sin garantía del futuro, del mañana; mas recibió visión e ingenio, viendo premiada su obediencia y perseverancia en un hijo escogido, con oportunidades, con destino, con un llamado y una misión divina. (Éxodo 2)

Esa parte la dio a Débora, jueza y profetiza de Israel – viviendo bajo opresión, en un ambiente de guerra, con la responsabilidad de muchos sobre sus hombros; responsabilidad que vio transformada en voz profética, en autoridad para hacer justicia, para ordenar, para dirigir, para decir la palabra y ser testigo de la victoria sobre el enemigo. (Jueces 4)

Esa parte la dio a Rut, la moabita – viviendo en desolación, habiéndolo perdido todo (su marido, su tierra, hasta su propia identidad), para luego ser restituida por su entrega y fidelidad, reafirmada en virtud:

para hallar gracia… (ante su Señor),

traducida en amor… (fue tomada por mujer),

convertida en herencia… (dio a luz un hijo),

marcada para redención… (linaje de David).

(Libro de Rut)

Esa parte la dio a Ana, madre del profeta Samuel – viviendo entristecida, afligida, atribulada, con amargura de alma, añorando el día en que Jehová escuchara su oración, la cual vio contestada cuando ‘NO ESTUVO MAS TRISTE’ (v. 18); cuando transformó su congoja y aflicción en adoración. ‘…y Jehová se acordó de ella’ (v. 19) y contestó su petición. (1 Samuel 1)

Esa parte la dio a Abigail, mujer de Nabal – viviendo bajo el maltrato de un hombre duro, perverso e insensato; mas recibió inteligencia, sensibilidad para escuchar la voz de Dios, para decir la palabra, y declarar libertad sobre su vida y la vida de los suyos. (1 Samuel 25)

Esa parte la dio a la Viuda de Sarepta – viviendo años de hambre y escasez, criando sola, a punto de desfallecer; mas ella fue, obedeció, obró en fe, y Jehová multiplicó lo poco que tenía, y ‘no escaseó’ y ‘no menguó’. (1 Reyes 17:8-24)

Esa parte la dio a Hulda, profetiza durante el reinado de Josías – viviendo en un tiempo enmarcado por las consecuencias de las acciones de sus antecesores (v. 16); mas fue coronada con autoridad, con voz profética, para llegar aun hasta lo más alto y revertir un final de juicio en un nuevo comienzo sellado en pacto. (2 Reyes 22:13-20; 23:1-3)

Esa parte la dio a Ester, Reina de Persia – huérfana, apresada, viviendo en espera de una oportunidad; más en un ambiente de gran luto, ayuno, lloro y lamentación (4.3), tras una sentencia de destrucción (3:9), fue escogida – en gracia y favor – para obrar sin temor, actuar con autoridad, enfrentar la maldad y alegrarse en el testimonio de la salvación. (Libro de Ester)

Esa parte la dio a la Mujer Samaritana – despreciada, excluida, condenada por su propia gente – viviendo ilegítimamente una relación inconsecuente; más la sorprendió Su Amor – amor que la encontró, la confrontó, que sació su sed, le devolvió su honra y una nueva esperanza que compartió con otros. (Juan 4:3-30)

Esa parte la dio a Loida y a Eunice, abuela y madre de Timoteo – mujeres llenas de fe, que vieron el fruto de su legado en una descendencia a la que instruyeron a escudriñar las escrituras, a amar al Señor, a proclamar las buenas nuevas y a servirle. (2 Timoteo 1:5; 3:14-15; 4:1-2)

Mujer:

… si estás en espera

… si estás viviendo bajo opresión

… si tienes escasos recursos

… si llevas la responsabilidad de muchos sobre tus hombros

… si lo has perdido todo

… si llevas años con oraciones sin contestar

… si estás experimentando maltrato

… si estás pasando hambre, escasez

… si estás pagando las consecuencias de las acciones de otro

… si estás viviendo bajo amenaza

… si te sientes despreciada, excluida

… si lo único que tienes es fe…

Dios quiere regalarte la mejor parte – porque lo que Él tiene para ti es lo mejor y es eterno.

Shirley M. Esquilin

#VidaAMEC #TiempodeConsagracion #MujeresDeFe

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2 pensamientos en “Dios tiene la mejor parte separada para ti #MujeresdeFE #VidaAMEC

  1. Adalian Rodríguez 02/12/2016 en 3:00 pm Reply

    Reblogueó esto en Adalian Rodríguez .

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  2. Elena Paulina 02/14/2016 en 12:57 pm Reply

    Yo quiero esa mejor parte que Jesus tiene para mi…..como las mujeres mencionadas, guardar el tesoro que tiene para mi…..Lo demas, se que en su misericordia, vendra…..

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